viernes, 23 de marzo de 2007


Rodolfo González Maza.

Nunca como ahora, habíamos estado tan expuestos a la delincuencia y a la angustia social. Sólo que este gobernador, Andrés Granier Melo, ha respondido de inmediato y los resultados están a la vista.
La sola aprehensión de “la hermandad”, presuntamente vinculada al crimen organizado, debe mejorar el ambiente de tensión en que hemos vivido los últimos días. Si es así, entenderemos que el atentado al General Francisco Fernández Solís fue originado como respuesta a las acciones de limpieza en los cuerpos policíacos y al control que comenzaba a mostrarse en la delincuencia.
Andrés Granier está indignado porque al inicio de su gobierno, empieza a manifestarse la descomposición cuyas señales eran evidentes desde hace algunos meses y no se hacía nada. Se entiende que los delincuentes, altos mandos policíacos o no, lo han retado con la intención de que deje las cosas como están, de que todo siga igual que antes.
Pero este gobernador se debe a la gente, como él mismo ha dicho, y una de las demandas prioritarias que recogió en su campaña fue el de la seguridad pública. Estamos cansados de la delincuencia en las calles, de los que asaltan al ciudadano común y de los organizados como el del hurto de vehículos, secuestro y robo con violencia, además del narcomenudeo que es vox pópuli.
El problema se agrava si como está denunciado públicamente, “la hermandad” era parte del crimen organizado pues ¿para qué encargarse del delito en las calles si podían manejar el que le era más redituable? Para colmo, tenían su propia empresa para vender seguridad lo que hacía un negocio redondo.
El propio gobierno y la sociedad estaban indefensos, vulnerables por el lado más sensible de la seguridad pública. Todo pese a los indicios de claros de la organización y sus métodos desde aquella invasión a la Quinta Grijalva, la denuncia constante del tráfico de indocumentados y de otras complicidades, la presión para que dirigiera a la policía uno de los miembros de “la hermandad” y la rebeldía a aceptar al General Francisco Fernández Solís por no pertenecer a ese grupo.
Por eso hay que aplaudir la respuesta puntual a los acontecimientos y la exigencia para que el gobierno federal actuara de inmediato, pues allí tenían información de inteligencia a la que extrañamente no se había respondido. Es de suponerse que Andrés Granier batalló con ese empecinamiento que lo caracteriza, para que en Tabasco se pusieran en orden las cosas habida cuenta que no existía un cuerpo de seguridad confiable.
Ahora lo que sigue es ir al fondo y reestructurar a la corporación con elementos leales al servicio público. Urge una limpieza total y que sólo queden los policías honestos que los hay, los mandos honestos que los hay pues no todo está podrido.
Tabasco es un paso estratégico para la droga y el narcomenudeo se ha posesionado de la juventud y del estado. Es hora de abordar el problema con valentía y con decisión, tal como lo ha comprometido Granier Melo, con el respaldo de una sociedad que aplaude la actitud gubernamental y que ha dado una vez más su voto de confianza.
Por es la presencia de la fuerza federal queda como un antecedente de que el gobierno actual no juega con la seguridad de los tabasqueños. Es la reacción inteligente a la descomposición que parece haber en el estado, la que ha arreciado su presencia en los últimos tiempos.
Los hechos de sangre, los desplantes públicos de los delincuentes son un reto para las autoridades y puede que estén a tiempo de parar la ola criminal. Es una batalla que puede ser muy sangrienta, costar mucho económicamente hablando y los poderes locales podrían estar en inferioridad si se comprueba que jefes policíacos tenían además su propia banda.
En definitiva la delincuencia organizada tiene lazos con policías, con funcionarios públicos, con empresarios o no podrían actuar con impunidad como hasta ahora. Por ello es preciso limpiar primero los cuerpos de seguridad y acudir a todas las instancias, reclamar todas las fuerzas del orden para combatir esta violencia contra la tranquilidad social.
Pero el trabajo de limpieza debe extender a todas las pistas que involucran a otra gente. El gobierno federal tiene que investigar también las fortunas que han crecido de la noche a la mañana, los rumores sobre quienes ponen negocios a placer y que en realidad son lavadores de dinero.
La labor es ardua y debe ser completa pues si no la hidra volvería a restaurarse en breve tiempo. Hay que aprovechar la oportunidad de esta labor conjunta federación-estado para ir hasta las últimas consecuencias, caiga quién caiga como dice el lugar común y como han afirmado nuestras autoridades.
Por ahora hay que respaldar las acciones del gobierno, así tengamos que vivir con la presencia militar y policíaca en las calles por algún tiempo. Es necesario y es mejor esto a vivir con el alma en un hilo como hemos vivido estos días, resintiendo cualquier rumor.

MI CAÑA… el nombramiento del Mayor Sergio López Uribe al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, en tanto se reincorpora el General Francisco Fernández Solís, ha sido bien recibido en la sociedad. Se reconoce al tabasqueño su experiencia, su capacidad y su honestidad en el ejercicio de esta labor que comenzó en el gobierno de Mario Trujillo. Razones políticas lo habían alejado de este trabajo donde sus conocimientos son tan valiosos pero ya está ahí de regreso y enhorabuena por los tabasqueños… por otro lado es digna de mención la Bolsa de Trabajo Gratuita “primero la gente” que mantiene el licenciado Rubicel Carrera en su despacho de la calle de Ayutla. Tiene cinco años de funcionar y ha dado trabajo a cerca de cincuenta mil tabasqueños, con lo que las empresas tabasqueñas también demuestran su respaldo y su confianza. Hasta Pemex y empresas como la Haliburton, envían sus solicitudes de personal a esta Bolsa…